Esta ronda corre por cuenta de Hazard. Ya era hora. El belga marcó un golazo maravilloso en la prórroga para meter al Real Madrid en cuartos ante un Elche heroico. Los ilicitanos se pusieron por delante en el tiempo extra justo cuando el Madrid se quedaba con diez por expulsión de Marcelo. Fue entonces cuando los de Ancelotti sacaron su mejor versión y dieron la vuelta al partido con goles de Isco y de Hazard.
Igual que para el iracundo Fernán Gómez las bicicletas eran para el verano para Ancelotti las rotaciones son para la Copa. El técnico del Real Madrid daba descanso en Elche a los dos ángeles del equipo: el ángel de la Guarda (Courtois) y el ángel Exterminador (Benzema). Tampoco jugaban dos de las tres patas del centro del campo (Casemiro y Modric) ni tres de los cuatro pilares en defensa: Carvajal, Militao y Mendy.
Sólo los intocables Alaba, Kroos y Vinicius daban lustre a una alineación competitiva que sonaba así: Lunin; Lucas, Alaba, Nacho, Marcelo; Camavinga, Kroos, Valverde; Rodrygo, Vinicius y Jovic. Así que con las citadas ausencias y más oportunidades que la última planta de El Corte Inglés, arrancaba el Real Madrid su duelo copero ante un Elche muy diezmado por el Covid y con la cabeza más puesta en la supervivencia otro año en la Liga que en otra cosa.
El partido nació con un puntito de ritmo por parte del Madrid. Respondió con descaro y sin complejos el Elche, que buscaba un juego directo frente a la posesión, que era blanca. Hasta el mismísimo Xavi estaría orgulloso. Un detalle a consignar era que sin los veteranos Casemiro, Modric o Benzema, el Madrid perdía talento, pero ganaba músculo para hacer una presión muy alta que le permitía recuperar la pelota rápido y poner cerco al área del Elche.
El Elche perdona el gol del siglo
Pero fue precisamente el equipo local el que falló el gol del siglo en el minuto 9. A ver cómo se lo explico. Marcelo se comió un pase diagonal que acabó en los pies de Josan. El extremo levantó la cabeza y puso el pase de la muerte. Guido Carrillo estaba solo y a dos metros de la portería para marcar el 1-0 pero algo le debió abducir y remató contra el larguero. Respiró Ancelotti mientras los aficionados del Elche no se lo podían creer.
La ocasión sacudió los cimientos de la defensa del Real Madrid. Les temblaron las canillas. Guido Carrillo volvió a tenerla en el 19, esta vez de cabeza a la salida de un córner, pero la echó fuera. No era su día. Como tampoco el de Jovic, que desaprovechó un pase largo de Nacho. Pero Carrillo le superaba. El ariete argentino volvió a emular a su compatriota Higuaín en el 25 y cabeceó al medio un remate clarísimo que rechazó como pudo Lunin.
El Real Madrid sólo estaba en el partido de cuerpo presente. Ni Lucas ni Marcelo percutían por los laterales, Camavinga no gobernaba el mediocampo, Rodrygo era invisible y Vinicius no podía solo contra todos. El único plan del equipo de Ancelotti era dársela a Vini para que él hiciera en cada jugada la de Pelé en Evasión o victoria.
Espabila el Madrid
Hubo que esperar hasta el 41 para que el Madrid tuviera su primera ocasión clara tras un par de escaramuzas de Vinicius. Esta la cocinó Marcelo con un caño memorable, sentó a su rival y se la puso a Rodrygo, que la pegó mordida y desperdició el que podría haber sido el 0-1. Con esa ocasión, casi la única de los de Ancelotti, abrochamos la primera parte en el Martínez Valero.
Carletto debió de mosquearse en el descanso porque su equipo cambió de actuación según comenzó la segunda mitad. Jovic pudo y debió marcar en el 47, pero no fue capaz de aprovechar un centro medido de Marcelo por poner el pie al revés. Ahora sí, apretaba el Madrid. Era un dominio intermitente pero ya era dominio.
Al Elche se le empezó a hacer bola el partido ante un Madrid de izquierdas en el que la coalición Marcelo-Vinicius estaba empezando a hacer mucho daño en el Martínez Valero. El dominio se tornó en asedio superada la hora de partido. Los de Ancelotti tocaron a rebato y comenzaron a atacar al Elche por tierra, mar y aire.
Ancelotti mete a los tres tenores
Y Ancelotti se cansó de esperar en el 70, cinco minutos antes de que sonara la alarma de su Nokia. Metió de golpe a Casemiro y a Modric y sacó del campo a Camavinga y Valverde, así que ya tenía a sus tres tenores sobre el césped. Al Elche ya sólo le quedaba el recurso de interrumpir el juego con faltas, lo que acabó desesperando a Vinicius… y a Ancelotti.
El Real Madrid pisó el acelerador a fondo y empezó a rondar el gol. Primero Casemiro en el 76 con un disparo que rechazó con mano firme Werner. Luego Vinicius en el 78 en una acción individual que despejó Diego González bajo palos. Entonces Ancelotti metió a Isco por Jovic para jugar de falso nueve.
Al Real Madrid le quedaban 9 minutos más el alargue para evitar la prórroga. El cerco al área del Elche ya era total y absoluto. El reloj era el único aliado de los locales para resistir los embates del equipo blanco, siempre cabalgando a lomos de Vinicius. Al final, los locales resistieron con sufrimiento y llevaron el partido a la prórroga.
Hazard, para esto has quedado
Ancelotti se la ahorró a Kroos y Rodrygo. Metió a jugar a Ceballos y a un Hazard que no estaba muerto, estaba de parranda. Arrancó la prórroga con una ocasión para el Elche a balón parado que despejó Lunin bien colocado y con el pulso más firme que el de un neurocirujano.
Respondió el Real Madrid con una ocasión de Casemiro previa asistencia de Vinicius. Pero entonces a los de Ancelotti se les complicó todavía más la prórroga… y la eliminatoria. Marcelo fue expulsado por roja directa en una acción en la que el brasileño se cruzó tarde ante Tete Morente. De resultas de esa falta marcó Gonzalo Verdú en el rechace de una falta que se envenenó tras tocar en Ceballos y despistar a Lunin.
Ancelotti no se lo podía creer. Su equipo tenía un pie fuera de los cuartos de la Copa ante un rival de los que pelean por mantener la categoría. El Madrid, atascado y confuso, se vio en el descanso de la prórroga con uno menos y 1-0 en contra. Era la hora de los valientes. Como Ceballos, que recuperó un balón en el 107, se asomó al área y allí vio a Isco, que estaba de chupagoles y logró el tanto del empate al tocarla con la punterita casi sin querer.
El Real Madrid empezó a jugar mejor con diez que con once como decía Helenio Herrera. Fue en el 115 cuando Alaba encontró a Hazard, que le marcó el desmarque con a mano. Allí el belga se disfrazó del crack que vino del Chelsea, desbordó, aceleró, sentó al portero y marcó, casi sin ángulo, un golazo de esos de los que marcaba cuando fue un grande del fútbol mundial.
El 1-2 fue una sentencia dura para el Elche, que ya estaba tieso de gasolina. Ancelotti metió a Mendy por Vinicius y el Real Madrid supo aguantar los minutos finales y lograr, con mucho sufrimiento y un gol postrero muy bien anulado al Elche, el pase a los cuartos de Copa. Aunque esta ronda va a la cuenta de Hazard, que ya era hora.